Empezaremos analizando al Real Madrid, ese equipo que parecía desalmado tras las marchas de Di María y de Xabi Alonso, pero al que Ancelotti, que cada vez está demostrando lo buen entrenador que es, ha dotado de eso que él llama "equilibrio". Además, la lesión de Bale ha supuesto la entrada en el 11 de Isco, el complemento perfecto que necesitaba este equipo. Así, con Kroos, Modric, James e Isco, el Madrid no sólo ha ganado en equilibrio, sino que hace un fútbol digno del Barça de Pep. Si a todo esto le sumamos la solidez que están mostrando atrás Ramos y Pepe, el buen momento de Carvajal e Íker, y la eficacia mostrada por Arbeloa y Varane, que pese a no ser titulares están contando con minutos, tenemos un equipo muy difícil de batir. Y más todavía si esa línea mágica de cuatro que hemos dicho tiene por delante a Cristiano Ronaldo y a Benzema. Y Bale y Jesé cuando se recuperen. Puro espectáculo.
Por otra parte, el Barça no ha dado la nota en las dos ocasiones que debía hacerlo: cayó frente al PSG y volvió a hacerlo en el Bernabéu, a pesar de que se adelantó en el marcador gracias al gol de Neymar, el mejor jugador del equipo esta temporada. Piqué y Busquets no están, Messi sólo a cuentagotas, Suárez ha de adaptarse, y Bravo y la línea defensiva han sufrido porque hasta no ahora no se habían medido a una delantera de nivel. Pero no todo es culpa de los jugadores. Luis Enrique también se equivocó, quizá le vino grande el partido a estas alturas de temporada: poner a Busquets, Piqué, Mathieu, Xavi o Luis Suárez en lugar de Mascherano, Bartra, Alba, Rakitic o Pedro fue como un disparo en su propio pie. Aun así, este Barça tiene mucho margen de mejora, esto no ha hecho más que comenzar.
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