Y durante bastante tiempo aguantó, porque aunque Messi estaba muy participativo y Alves intentó más de 10 centros, el Barça no traducía su dominio en ocasiones claras. Las pocas que tenían eran solventadas por Asenjo y lo poco que llegaba al área de Bravo creaba peligro, Mathieu estuvo horrible.
Tras el descanso, el Barça empezó a crear ocasiones claras. Los cambios surtieron efecto: Neymar (muy eléctrico y desequilibrante) por Munir (menos participativo que en su debut); Sandro (un 9 puro muy fuerte) por Pedro (muy lejos de aquel Pedrito que maravillaba) y Xavi (control y clase) por Rafinha (que no parece adaptarse muy bien a jugar en el Barça).
Y a falta de pocos minutos para el final, una buena jugada de Messi le puso el gol en bandeja a Sandro, que debutaba con el primer equipo en partido oficial y que parece que ha llegado para quedarse, como Munir. El Barça es líder en solitario, y poco a poco camina en su reconquista del título de liga.
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